
fui buscando la luz para salir de aquel rincón,
con la búsqueda me di cuenta
de la fortaleza que tenía
capaz de salir a flote
después de tanta tierra por encima,
he ido creciendo fuerte y roble,
he necesitado de mi sed y mi fuerza,
encontrar esa agua que la lluvia me regala,
coger lo que me daban sin pedir nada,
agradecida de tener lo que me hará grande mañana,
en cada nervio que explota de mi dependía,
de cada derrota, una raíz se seca de la peor pérdida,
he ido creciendo con miedos y pérdidas,
me han pisado, también herido,
me han dado donde más dolía,
también me han enseñado que todo se puede cambiar
que todo estaba en mí… delante de mí
aprendiendo a valorar lo que la vida me ofrecía,
de nada me sirve lamentarme de lo perdido,
mis raíces se inclinan a seguir siempre hacia arriba,
de mi solo depende que esas hojas que crecen
sean fuertes, libres, sanas y brillen con intensidad,
el tronco en el que descanso se fortaleció,
hoy es grande y generoso
dándome cobijo en cada estación,
guarda silencios cuando las palabras no le dicen nada,
suspira cuando algo la engalana,
sonríe a todo el mundo que se acerca a saludarla,
baila a los compáses del viento que acaricia su hoja sonrosada,
hoy por hoy ese árbol es tan grande como su alma,
positivo y seguro de dar los frutos
que con el tiempo ha demostrado todo el esfuerzo que ellos se merecían…
Paloma Muñoz Sanchez